miércoles, 21 de abril de 2010

Segundas Partes nunca fueron buenas, pero se pueden contar

"Me veo en la obligación de informarte de que:¡¡ESTOY DE VACACIONES!! Disfruta de tu viaje a Italia, y si me quedo a vivir con una mulata, que sepas que me caíste muy bien."
"Una mulata treinteañera puede ser la solución a tus problemas"
Este podría haber sido un "hasta la vista" perfecto para el cazador de taxis al vuelo. Podría, si hubiera sido normal. Pero como no lo es, tenemos aquí el primer caso de cita que va a Brasil y oficialmente, vuelve. Entre las teorías que vengo desarrollando está la del avión que no acaba de aterrizar de Brasil, repleto de fiches que se fueron de vacaciones al paraíso del tanga y nunca más volvieron, es el Triángulo de las Bermudas del siglo XXI, una especie de limbo de las citas.
Estaba de vacaciones en Italia y recibo lo siguiente "¿Estás ya de vuelta? Yo vengo quemado pero feliz. ¿Te hace una cena esta semana?" Ha vuelto y quiere quedar. Esto hay que vivirlo para poder contarlo.
"Sigo en Italia, vuelvo mañana por la noche. Ok, cangrejo, hablamos."
Iba en serio el cazataxis y al día siguiente reapareció :
"¿Cena mañana?"
Quedamos a las 10: 15, avisó de que llegaba tarde y no apareció hasta las 10:45. Así que hice penitencia por todas las veces que he llegado tarde, y por no estar de brazos cruzados en la calle me fui a apoyarlos sobre la barra del irlandés de la esquina. Dónde me tomé una Foster´s y estuve hablando con los camareros, un francés y un dominicano. Muy auténtico.
Por fin llegó, y me llevó a cenar a una pizzería. Cuando me vi ahí sentada no daba crédito. ¿En qué parte de la frase "volví ayer de mis vacaciones en Italia" no me expliqué bien?
¿Te gusta la pizza? Sí, llevo nueve días seguidos comiéndola, creo que si la como un día más me cambian la nacionalidad en el pasaporte.
Pues nada, pizza.
¿Quieres vino blanco? Sí.
Se acerca la camarera, toma nota de la pizza, y pregunta por la bebida.
-Vino blanco.
-¿Dos copas?
-No, una botella.
-Es que botellas no tenemos.
-¿Y de dónde sacáis el vino?
No supo qué decir y se fue temblona. Volvió al rato con una botella.
- Perdona, es que es mi primer día. (Qué mala pata, podría habernos tocado una camarera curtida que le hubiera contestado: "De la uva, el vino se saca de la uva".)
Luego trajo la pizza, y mientras se concentraba en escoger los trozos más grandes y bonitos, los que rebosaban queso y tenían más jamón; me contó que le habían dado un toque en el trabajo. El cliente con el que estaba ahora no estaba muy contento con él por los modales, y de forma especial con el hecho de que en cada reunión, cuando acaba la parte que le concierne a él, coge tranquilamente el periódico y se lo lee mientras los demás hablan." ¿Te lo puedes creer?" Sí, perfectamente...
Siguió , pero no le presté demasiada atención, estaba entretenida intentando adelantarme en coger el siguiente "mejor trozo" antes que él. Y llegamos al último. Momento crítico. Nos miramos a los ojos y me dijo:" ¿Lo compartimos o me lo como? Compartimos (hubiera sido capaz de comérmelo yo sola aún a riesgo de reventar).
Y cuando terminamos dijo: "Me voy a ir ya, porque mañana tengo que madrugar". Para no tener que ver el espectáculo de la otra vez le dije que yo me iba andando y lo dejé montado en un taxi. Miré el reloj: las 00:15. La cita más maratoniana de la historia.
El sábado me envió un mensaje : "¿Dónde andas? Yo estoy en casa ya, ¿te vienes a dormir?"
Y la frase de Contigo no bicho, "tócate los cojones, mariloles" cobró para mí significado. ¿Será que tiene citas bidimensionales y a mí me toca la parte chunga?