domingo, 19 de diciembre de 2010

Mi hermana Thermomix

Me encanta la comida de casa. Ojo, de casa, la casera no la conozco. Tengo una madre que si tuviera que elegir qué llevar a una isla desierta diría sin pestañear que a la Thermomix. Este robot es uno más en la familia. Cuando nos íbamos de veraneo de Zaragoza a Chipiona (sí, yo veraneaba en Chipiona como la más grande, pero esta es otra historia), la thermomix iba sentada a mi lado. Me he pegado los veranos de mi infancia sin tele pero con thermomix. No recuerdo en qué año pasamos de ser familia de una a dos thermomix. Sí, en mi casa hay dos thermomixes, el plural se inventó gracias a mi madre, pero sólo hay un televisor. Mi madre es una adelantada de su tiempo y se zafó de la cocina con maestría.
La comida casera fue una revelación para mí cuando me enteré con 18 que en mi casa no teníamos conocimiento de qué era. Resumiendo la historia fue así.
"Hecho de menos la fabada de mi casa"
-"¿No es Litoral?"
"Hecho de menos las albóndigas de mi madre"
- ¿No son de lata?
"Mi abuela hace unas empanadillas riquísimas"
- "¿No son de La cocinera?"
Así podría seguir infinitamente. Mi madre debió ser la primera ama de casa española que compró tortilla de patata congelada. Congelada, en cajita de cartón, nada de refrigerada. La tortilla más seca del planeta era cenada en mi casa con relativa frecuencia. Dependemos tanto del congelado que tenemos una nevera combo además de un congelador XL. Esto se hereda, tenía yo 6 años y mi abuela ya se encargaba de que Bostfrost llamara a su puerta. Mi madre es clienta vip. Y yo no escaparé al destino.
Durante mucho tiempo, el menú de mi casa era tal que así:
- Lunes: pollo asado evidentemente comprado.
- Martes: pescado de mentira (así conocemos en mi casa al pescado congelado)
- Miércoles: los miércoles era una sorpresa, porque se compraba la comida ya preparada.
- Jueves: Filete a la plancha.
- Viernes: pescado de verdad.
- Sábado: pasta con tomate.
- Domingo: cocina cerrada, fuera a comer.
Las cenas era un aleatorio entre tortilla congelada, perrito caliente o sandwich, menos los viernes que había Telepizza.